Transferencias, pagos a proveedores, cheques... La gestión
diaria de la caja de tu empresa está plagada de movimientos
que se realizan principalmente a través de cuentas corrientes.
Un producto que, ante todo, debe proporcionar a las pymes y
profesionales “liquidez inmediata y el control o información
puntual de todas las operaciones”, dice María Ángeles Valles,
letrada de los servicios jurídicos de Ausbanc.
La oferta actual es de lo más variada. Y los principales
ganchos para las pymes son los múltiples servicios añadidos
que ofrecen. Pero hay que fijarse también en otros aspectos,
como “la remuneración, costes y contrapartidas que
proporcionan”, apunta María Isabel Bayón, jefa del gabinete
económico de Cepyme.
Contratar una cuenta corriente es una decisión muy
importante en la operativa diaria de una empresa. Conviene
seguir una serie de consejos que tienen que ver con el coste
de la misma (las comisiones), sus prestaciones y servicios
asociados, y la entidad con que se contrata. Pero veamos estos
puntos uno a uno.
Comisiones negociables
Desde Ausbanc
insisten en que “las comisiones de administración y
mantenimiento sean sólo una y no dos. Y que se realice el pago
una vez al año o a lo sumo cada seis meses. También hay que
tener en cuenta que una empresa realiza a diario muchísimos
movimientos y las comisiones por apunte le pueden generar un
gasto exagerado”.
Ofertas de lanzamiento
Algunas
entidades eliminan las comisiones de mantenimiento durante el
primer año. Pregunta, entonces, cuál será el porcentaje pasado
ese periodo. Además, las cuentas corrientes suelen ser el
soporte indispensable para hacer frente a los pagos de otros
productos (préstamos, tarjetas, etc.). Si la apertura,
entonces, es por imposición de la entidad, “no admitas que te
cobren esta comisión”, dice Andrés Garvi, portavoz de Adicae.
Otra regla básica es que nunca te cobren por ingresar
dinero.
Papel comercial
Debes intentar que la
gestión del papel comercial (recibos, letras, pagarés...)
tenga el menor coste y evitar, por ejemplo, que te carguen
gastos de devolución de cheques sin fondos. Algunas entidades
ofrecen cuentas que, a cambio de una cuota fija, no cobran
comisiones por operación.
Descubiertos o financiación
La cuenta
corriente es un instrumento que puede ayudarnos si no contamos
con liquidez en un momento puntual.
Posibilidad de descubiertos
Una opción
interesante para empresarios o comerciantes son las cuentas
que ofrecen la posibilidad de descubiertos, es decir, que
“permiten hacer frente a los pagos, cuando por cualquier
motivo no se disponga de liquidez”, explica Valles. Este
servicio se contrata con el banco previamente (también
después) y genera dos tipos de gastos: los intereses y las
comisiones, que, como en los casos anteriores, siempre debes
negociar.
Necesidades de financiación
Existen
otros productos que también nos proporcionan financiación,
como las cuentas corrientes que pasan a convertirse
automáticamente en cuentas de crédito. Algunas ofertas,
además, retribuyen con un interés creciente los saldos
positivos.
Remuneración. Aunque los intereses estén por los
suelos, también debemos prestar atención a la remuneración que
ofrece la cuenta –existen las llamadas cuentas de alta
remuneración, con intereses superiores a los de cualquier
cuenta corriente–, ya que nos puede ayudar a soportar los
gastos.
Servicios asociados
Igualmente hay que
tener en cuenta que estos instrumentos suelen ser la llave de
acceso a otros productos o servicios del banco en mejores
condiciones: préstamos, seguros, renting de vehículos... que
también pueden inclinar la balanza hacia una determinada
oferta.
Tarjetas de empresa
Uno de estos
productos anexos son las tarjetas de crédito para empresarios
o profesionales que, al estar asociadas a la cuenta, pueden
salir gratis. Admiten numerosas posibilidades en cuanto a
límites operativos, agrupación por departamentos, etc.
Asesoría y gestión
Algunas entidades
ofrecen servicios de información (financiera, fiscal...) o
paquetes informáticos para la gestión de pagos o cobros, que
“facilitan la labor del empresario o el responsable de
finanzas de la entidad; y pueden eliminar gastos de gestoría a
la larga importantes”, manifiesta Valles.
Nuevas tecnologías
Pero son los
servicios de banca electrónica los que más están
revolucionando el panorama. A través de este sistema, se puede
acceder con mayor comodidad a la cuenta y realizar el ingreso
de cheques o pagarés o el pago a proveedores. Las
transacciones suelen ser gratuitas y los proveedores pueden
recibir su dinero de forma mucho más rápida.
Pero no todo son ventajas
La banca
electrónica no suele contemplar servicios como la
domiciliación de recibos o la posibilidad de emitir cheques.
Además, según Bayón, “nunca suplantará totalmente el
contacto personal”. A la hora de negociar nuevas condiciones,
busca siempre el cara a cara.
Elección de entidad
Una regla general
se impone: no trabajes con un solo banco. “Siempre es más
beneficioso que el negocio de una pyme esté distribuido en
varias entidades, lo que le permitirá comparar ofertas y
negociar mucho mejor... Además, la liquidez que se pretende a
través de estos instrumentos es mayor si se trabaja con varios
bancos”. Abrir cuentas en entidades diferentes permite que, en
caso de descubiertos o líneas de crédito, jugar con las
diferentes opciones; y si te falla una fuente siempre cuentas
con la otra.
Tres o cuatro cuentas
El secreto está
en no centralizar todo tu negocio en una sola entidad. “El
sentido común aconseja una estrategia equilibrada entre una
dispersión excesiva de entidades y una concentración
absoluta”, comenta Bayón. Además, la naturaleza, lugar y
volumen de las operaciones serán “lo que determine la
conveniencia de cuántas y cuáles son las entidades financieras
idóneas”. Por lo general, tres o cuatro.
Especialización
Cada entidad suele
tener un punto fuerte. Por eso, podemos contratar con cada uno
de ellas la faceta en la que se desenvuelven mejor o están más
especializadas. Por supuesto, siempre que las condiciones
económicas sean razonables.
Persona de referencia
La elección de la
entidad o entidades se suele llevar a cabo por razones de
confianza y servicio. Es importante contar dentro del banco
con una persona de referencia, generalmente un asesor
encargado de tu cuenta, al que dirigirse ante cualquier duda o
para gestionar cualquier incidencia. Así, sea cual sea la
circunstancia, la negociación resultará más sencilla.
Alicia Olivas